
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (mira Isaías 41:10 RVR1960)
¿Cuántos no hemos sentido miedo en algún punto de nuestra vida o proceso? ¿Miedo a fracasar? ¿A equivocarnos? ¿Miedo a dar un paso adelante? Todos en algún punto lo hemos tenido, lo hemos sentido. El miedo es calificado o considerado como una "sensación desagradable provocada por la percepción de peligro, real o imaginario" o como un "sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea".
Bíblicamente el significado de miedo es el "sentimiento de temor o espanto que infunde el corazón de los hombres". Que puede causarse al estar expuesto a una situación de peligro o riesgo que podría afectar la integridad del ser humano. El miedo es consecuencia del pecado y es una de las armas utilizada por el enemigo para atacarnos y debilitarnos. Y esto podemos observalo en la existencia de cierta desconfianza y recelo por parte del primer hombre de la tierra, osea Adán:
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. (mira Genesis 3:8-10 RVR1960)
Por tanto, hay varias intensidades o tipos como por ejemplo el miedo a la muerte, donde las personas tienen miedo a los desconocido y frecuentemente nuestros pensamientos son negativos, provocando que no disfrutamos de la vida y de las cosas maravillosas que nuestro Señor ha creado, con el pretexto que en cualquier momento "todo terminará" y sentimos miedo porque no hemos aceptado a Dios en nuestro corazón como nuestro salvador, donde muchas veces el miedo acaba en paralizarnos y en entristecer nuestra vida.
"Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?" (mira Salmos 27:1 RVR1960). Cuando el Señor Jesucristo venció en la cruz nos liberó de todo temor porque nos llenó de su espíritu de poder amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Y Él mismo nos dice en Juan 14:1 que no se turbe nuestro corazón. Y el significado etimológico de turbar es "alterar el estado o el curso normal de una cosa", en pocas palabras, lo contrario a la fe, es el mido, es por ello que Dios nos guia a confiar en Él, a abandonar todo temor. Y esto solo podemos hacerlo a través de la fe.
¿Qué es fe? El significado de fe la podemos encontrar en la carta a los Hebreos «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (mira Hebreos 11:1 RVR1960). Cuando nos esforzamos por alcanzar una meta (que muchas veces el enemigo ataca por el miedo para no dar los pasos necesarios) ciertamente estamos ejerciendo la fe, porque demostramos nuestra esperanza en algo que aún no podemos ver. De tal manera que la fe es certeza. Una certeza de que aquello que se espera, lo que se cree, es verdadero, cierto, incuestionable.
El significado bíblico no solo lo encontramos en este versículo, podemos encontrarlo en numerosos textos de la Biblia, por ejemplo: tener fe es saber que Jesús pagó el castigo por nuestro pecados en la cruz (Romanos 5:8), o bien, Dios hace milagros y cambia vidas a través de la fe (Lucas 7:48-50).
Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. (mira Números 13:30-33 RVR1960).
En este pasaje podemos observar que de los 12 espiás que fueron enviados a Canaán, solo José y Caleb respondieron con fe. En este contexto, la fe pudiera decirse que tiene el mismo significado de valentía, pero no en fuerza propia, sino en la fuerza de Dios, ya que estos hombres habían visto el poder de Dios en el desierto, pero a diferencia del resto, habían creído. Confiaban en que el Señor podía realizar nuevamente cosas sorprendentes y les iba a dar la fuerza y la inteligencia militar necesaria para vencer a enemigos por más fuerte, gigantes y perversos que fueran.
La fe es esa certeza que sostiene nuestro andar en el camino de la vida en Cristo y en su palabra. De tal manera que el remedio a este sentimiento que busca desviarnos y mantenernos en zozobra, es la palabra de Dios que permanece constante y tiene el poder de quitar toda preocupación o intranquilidad y tiene el poder de animarnos para no permitir que algo que ya fue vencido nos derrote. No permitamos ser llevados, por desconocimiento o desánimo, a la trampa del enemigo, que quiere llenarnos de miedo y paralizarnos para no avanzar y frustrar el plan de Dios con nuestra vida.
En Número 14:19 José y Cakeb hacen una declaración que pudiéramos aplicar en toda situación o problema que parezca grande y sin solución. No temas por nada, porque el mismo Dios, poderoso y fiel como es Él, está contigo, esta es la verdadera victoria: vencer el miedo por medio de la fe escrita en su Palabra.
Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Número 14:19

