
Lo interesante de todo es que cuando el búfalo lleva demasiada carga, y el camino se pone empinado, sucio, lleno de barro y resbaladizo, utiliza su doble tracción. La cual consiste en doblar sus patas delanteras, y empieza a subir, a subir y a subir. Se detiene por un momento, se vuelve a poner de rodillas y sigue subiendo. Se detiene por un momento, se vuelve a poner de rodillas y sigue subiendo, cada vez con más fuerza y más rápido hasta llegar a la cima.
¡Sí, la verdadera fuerza del búfalo está en ponerse de rodillas! Solo así puede llevar con éxito toneladas en sus lomos hasta llegar a la cima.
¡Renueva tus fuerzas como el búfalo!
El búfalo mientras más cansado se encuentra, más fuerzas tiene y sigue adelante con vigor. Esas son las fuerzas que Dios quiere darnos, en medio del dolor, de las luchas, pruebas y circunstancias difíciles.
Los seres humano frente a la cantidad de problemas, obstáculos, angustias en los que vivimos a diario debemos imitar al búfalo. Cuando la vida se ponga cuesta arriba, empinada, sucia, resbaladiza, llena de barro y de problemas, apliquemos la doble tracción del búfalo. Porque la Palabra nos dice:
Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo... (Mira Salmos 92:10 RVR1960)
En este salmo David declara que la fortaleza que recibiría de parte de Dios sería como la fuerza del búfalo, capaz de enfrentar a los enemigos y de resistir las situaciones más adversas. David sabía que el único que podía darle las fuerzas como las del búfalo era el Señor, una fuerza que puede soportar los vientos y las tempestades.
Te invitamos a experimentar la fuerza sobrenatural que hay al ponerse de rodillas para hablar con Dios acerca de las cosas que nos preocupan o nos hacen felices. Porque cada vez que nos ponemos de rodillas, nos volvemos más fuertes y más rápidos.
Dobla tus rodillas, ora, clama, gime, y Jesucristo te dará las fuerzas, la potencia, el vigor, para subir hasta llegar a la cima. Nada ni nadie podrá detenerte. Nuestro Dios es quien nos da fuerzas cuando parece que se han acabado.
Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. (mira Isaías 40:29 RVR1960)

