Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (mira Filipenses 3:13-14 DHH94I)

La carta de los Filipenses es la más personal que Pablo le escribió a una iglesia. Muestra lo bien que conocía a los creyentes de Filipos, y lo mucho que los amaba. Pablo escribió esta carta mientras estaba en la prisión esperando su juicio ¡Pero la escribe para animarlos! No desea que los creyentes de Filipos piensen que él se avergüenza de estar en prisión, que se sientan desalentados por lo que le está pasando, y no quiere que se sientan desesperanzados al enfrentar tiempos difíciles sin él. Les recuerda las razones que tienen para sentirse dichosos. Los anima para que continúen viviendo valerosamente como seguidores de Jesús.

No necesariamente tenemos que estar en una prisión para sentirnos sin esperanza, desolados, cansados, tristes, afligidos, impotentes, inútiles, amargados, estancados o sin ganas de seguir adelante. Muchas veces queremos retroceder o apartarnos del camino, sentimos que Dios nos abandonó, pero es cuando realmente Él está con nosotros y es cuando debemos tomar una decisión. ¿Cuál es? Debemos preguntarnos si continuamos o nos quedamos en la situación o problema que estemos atravesando. Recordando que Dios no tiene limites, el limite lo colocamos nosotros mismos.

...y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. (mira Mateo 28:20 DHH94I).

Hoy el Señor quiere que prosigas al blanco, que lo coloques a Él primero, que no te importe la situación o el problema que estés pasando, hoy Él quiere que te despojes de eso que te estanca y atormenta, Él desea que avances con Él, recuerda que está contigo todos los días, hasta el fin del mundo.