Las obras manifiestas de la carne son las cosas que sabemos que son pecado antes de que las hagamos. Si continuamos viviendo segĂșn la carne, es decir, viviendo en pecado, moriremos.

Si no vivimos segĂșn la carne, entonces hemos crucificado la carne con sus pasiones y deseos. AsĂ­ estamos crucificados a todo lo que conocemos como pecado.

Ya hemos alcanzado los primeros 20 de los 40 dĂ­as de ayuno y oraciĂłn ¡Seguimos hasta alcanzar la meta!