Nosotros somos obra de Dios, creados en Jesucristo para realizar las buenas obras que Dios ya planeó de antemano para que nos ocupáramos de ellas. (mire Efesios 2:10 PDT)

Todos somos creación de Dios, independientemente de la fe que uno profese, esto está más que claro: todos somos creación de Dios (véase Genesis capitulo 1). Pero para los hijos de Dios, el Señor preparó buenas obras desde mucho antes que existiéramos.

Primero, ¿qué significa las obras?

La palabra "obras" significa simplemente las cosas que nosotros hacemos, nuestras acciones. Las palabras griegas que se traducen como "obras" son palabras que pueden significar nuestro empleo, deberes, acciones o todo aquello que hacemos. En Mateo 5:16 "buenas obras" viene de «erga kala» y en este pasaje Efesios 2:10 viene de «erga agatha» cuyo significado es "hacer el bien, virtud, devoción".

De tal forma que las obras no son un concepto esotérico religioso, Dios ya ha preparado las obras que tiene para nosotros, y lo hizo con el propósito de que caminemos en ellas. Por lo tanto, no somos nosotros los que preparamos las buenas obras sino Dios es quien ya las ha preparado para nosotros. Nosotros únicamente somos el instrumento, la herramienta que Dios utiliza, por eso eso nosotros necesitamos caminar en ellas, es decir, realizarlas, hacerlas.

Algo muy importante es que cuando creímos y aceptamos al Señor Jesucristo en nuestros corazones y en su resurrección fuimos nacidos de nuevo y nos volvimos nuevas criaturas.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (mira 2 Corintios 5:17 RVR1960)

Observemos que este "creados para" (en Efesios 2:10) o la palabra "para" las mismas las usaríamos para decir por ejemplo: un teléfono está hecho (creado) para comunicarnos o un carro está hecho (creado) para trasladarnos.

Dios al decirnos que fuimos "creados en Cristo Jesús para (hechos para) buenas obras" nos está diciendo que nos hizo completamente capaces, que nos ha creado para hacer, nos ha hecho para hacer, que está en nuestro ADN el hacer esas buenas obras que Él ha preparado para nosotros.

A lo largo de la Biblia vemos que se nos habla de la importancia que le da el Señor a lo que hacemos, pero también le da importancia a cómo lo hacemos. Porque existen personas que hacen las cosas como una rutina, un eje y una mecánica religiosa, y por eso es importante hacer hincapié en que el Señor valora lo que hacemos pero también cómo lo hacemos, con qué actitud, con qué compromiso lo hacemos.

Y la pregunta que debemos hacernos en este punto es: ¿Hemos aprendido a gozarnos en lo que hacemos para el Señor? ¿O lo hacemos para quedar bien o para cumplir?

Porque si lo hacemos simplemente por cumplir y lo hacemos como aquellos fariseos que decían "he ayunado", "he dado el diezmo", "yo hago esto", "yo hago aquello", "yo hago lo otro" no será del agrado para nuestro Señor, porque la Biblia nos dice que Dios no aceptaba estas ofrendas porque lo hacían como dijimos de una manera mecánica.

En 2 Samuel 24 vemos algo interesante referente a este tema:

Cuando David vio que el ángel mató a la gente (cayó una enfermedad sobre Israel), le dijo al SEÑOR: —¡El que pequé fui yo! ¡Yo soy el que hizo mal! Esta gente sólo hizo lo que les ordené, sólo me siguieron como ovejitas. No hicieron nada malo. Que tu castigo caiga sobre mí y la familia de mi papá. Ese día Gad (era vidente de David) fue a ver a David y le dijo: «Ve y construye un altar para el SEÑOR en el lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Arauna el jebuseo». Así que David fue e hizo lo que el SEÑOR le dijo y fue a ver a Arauna. Al ver Arauna que el rey David y sus oficiales se acercaban, salió y se postró rostro en tierra, diciendo: —¿En qué puedo servir a mi señor y rey? David le contestó: —Vengo a comprarte el lugar donde se trilla el trigo para poder construir un altar al SEÑOR y así se termine la epidemia. Arauna dijo a David: —Tome mi señor y rey lo que quiera para ofrecer sacrificio. Aquí tiene bueyes para ofrecer en sacrificio que debe quemarse completamente, los tablones de trillar y los yugos de las yuntas para que los use como leña. ¡Todo es de Su Majestad! Arauna también le dijo: —Que el SEÑOR tu Dios acepte con agrado tus ofrendas. Pero el rey le dijo a Arauna: —No. Yo te compro el lugar al precio justo porque no voy a ofrecerle al SEÑOR algo que te pertenece. Ni tampoco le voy a ofrecer sacrificios que no me cuesten nada. Así que David compró los bueyes y el lugar donde se trilla el trigo por 50 monedas de plata. David construyó allí un altar para el SEÑOR y le ofreció sacrificios que deben quemarse completamente y ofrendas de paz. El SEÑOR escuchó la oración de David por su país y detuvo la enfermedad que había enviado a Israel. (Mira 2 Samuel 24:17-25 PDT)

Vemos en este pasaje que David no quiso ofrecer a Dios algo que no le hubiese costado, él sabía que una ofrenda sin sacrificio no es una verdadera adoración. Si no nos cuesta, no es adoración. El Señor es digno de recibir lo mejor, Dios no acepta cualquier cosa que le demos. ¡O le damos todo, o le damos todo!

Viendo esto, podemos observar que fuimos creados para obras grandes y maravillosas, y el diablo al ver esto no se queda tranquilo y comienza a enviar todo tipo de artimaña que se pueda inventar para hacerte creer que eres un error, que estas solo, que no tienes fuerzas; pero la Palabra dice que tú estas aquí en este mundo para grandes obras. Estas aquí para vencer y no para ser vencido. Fuiste creado para caminar por las obras maravillosas de Dios, no en las tuyas.

Antes de que se te crease ya Dios habia trazado el camino por donde debes caminar y con un propósito poderoso en esta tierra y ese es el temor del diablo y por eso no quiere que tú camines por ese camino que Dios te trazó.

Hay una frase que dice que el éxito del ser humano "no depende de la fama ni el dinero sino de llevar su vida a las obras por la cual fue creado". Por eso hoy el Señor te dice: no importa si tienes o no tienes dinero, no importa si tienes fama o no tienes fama, importa que estes caminando en las obras por la cual fuiste creado, obras de bien y no de mal.

Por eso es necesario que le pidamos al Señor que abra nuestros ojos espirituales para que podamos mirar las obras para la cual hemos sido creados.

Al principio de este pasaje que hoy compartimos, en la versión RVR1960, dice la palabra "hechura suya" que en otras versiones dice que en realidad la palabra es "poema" es decir nosotros somos su poema, pero tal vez la mejor manera de expresarlo seria "nosotros somos su obra maestra". Pablo dice que Dios ha preparado estas obras de antemano, obras de bien y no de mal, es por ello que haciendo estas buenas obras resulta ser algo natural para nosotros ya que fuimos creados para ellas porque de lo contrario, el no caminar en estas buenas obras sería no hacer aquello para lo que fuimos creados. Seriamos como un teléfono que no hace llamadas o un carro que no rueda. No funcionaríamos, no seriamos útiles.

Para entender aún mas el significado y este tema de las buenas obras que Dios ha creado para nosotros, repasemos lo que la Palabra nos dice en 1 Corintios 12:

1. "Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular" (1 Corintios 12:27)

2. "Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso" (1 Corintios 12:18)

Cada uno de nosotros es miembro del cuerpo de Cristo y cada uno cumple una función particular que le fue dada por Dios, es decir, Dios nos puso en el cuerpo con un rol específico y como Él quiso. En el caso del cuerpo físico, del cuerpo humano, el responsable de dar ordenes al resto del cuerpo es la cabeza, el cerebro. Así funciona en el cuerpo espiritual, el responsable de dar las ordenes es la cabeza, la cual es Cristo.

porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. (mira Efesios 5:23 RVR1960)

Entonces los miembros del cuerpo de Cristo así como del cuerpo natural, tienen la misión de hacer lo que la cabeza les ordene. Nosotros no somos lo que decidimos las buenas obras, el rol que tenemos en el cuerpo de Cristo, el encargado de decidirla es Dios, y Él ya las ha decidido. De tal forma que nuestro propósito es caminar en estas buenas obras, ejecutarlas, hacerlas, funcionar para lo que fuimos creados.

Si ignoramos esta realidad y cerramos nuestros ojos, entonces nuestra misión jamás será completada. Por eso hoy, aunque Dios ya haya preparado para nosotros las buenas obras que tenemos que hacer y nos colocó con un rol específico en el cuerpo, somos nosotros quienes caminamos en estas obras los que tenemos que ejecutar lo que la cabeza (Cristo) nos diga. Si no hacemos esto, nadie lo hará por nosotros, si no llevamos a cabo nuestro rol en el cuerpo, entonces tal como el cuerpo natural padece y sufre cuando alguno de sus miembros no funciona bien, así mismo el cuerpo de Cristo padece y sufre.

La cabeza que es Cristo es el único que da las ordenes, pero depende de los miembros para su ejecución. Muchos tienen una visión y concepción distorsionada de lo que es la iglesia, de las obras que Él ha preparado para nosotros, de que es algo que le corresponde a los que están arriba (los pastores) y nuestro único rol parece ser llenar las sillas los días de culto. Pero no, esto es un grave error. Existe un cuerpo y cada uno de nosotros ha sido colocado en ese cuerpo por Dios con una función específica, porque muchos son los llamados pero pocos los escogidos.

Dios te dice que tienes una función específica en el cuerpo y que eres único en el cuerpo de Cristo, así como cada miembro de tu cuerpo lo es. Cada uno de nosotros fue creado para hacer determinadas cosas que a lo mejor el otro hermano o hermana no tiene (pero tiene otras cualidades) y cuando nos unidos, todos juntos y aportamos y hacemos la obra del Señor, en ese momento el cuerpo de Cristo irá creciendo y se irá desarrollando según la voluntad del Señor.

Por lo tanto, si aún no encuentras lo que Dios ha preparado para ti, es absolutamente necesario que lo encuentres, pídele al Señor que te abra los ojos y te muestre, pero es necesario que te levantes, que te pares en la brecha, que busques al Señor y le digas "Aqui estoy Padre, ¿qué quieres que haga? Heme aquí" porque Él te ha creado y te ha capacitado para las buenas obras que tiene para ti, pero necesitas querer caminar en ellas, porque si no estás disponible para Dios entonces nada pasará, necesitas estar disponible para que las cosas acontezcan y Dios obre en ti.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. (mira Juan 15:5-8 RVR1960)

Así que hoy ponte de pie, sonríe a la vida y di "Yo he sido creado por el Señor para ser hacedor de buenas obras". Este es un tiempo para dedicarnos a las buenas obras, un tiempo para las acciones, así que esfuérzate y se valiente y recibirás un gozo en tu vida. Y recuerda que se recibe más en dar que por recibir. ¡Dios te bendiga!